MAS, criatura de dos cabezas

12.11.2023

El MAS es ahora gobierno y oposición. Arce y Evo copan todo el campo político. Lo que se llamaría la "verdadera oposición" parece encontrarse en una posición de "off-side".

Gustavo Calle, periodista y analista político

El MAS como oposición del MAS

Lo mejor que le está pasando al Movimiento al Socialismo (MAS) es su división interna. Esta afirmación que para algunos puede ser un sinsentido, ya que de forma y no de fondo toda división parece el inicio del fin de cualquier ente, es en el actual contexto político, una oportunidad para la reproducción del MAS y de su modelo de hacer política en el terreno aún llano de la oposición partidaria.

Así, esta sonada y aparente fractura mediática del partido de gobierno está mostrando un escenario donde el oficialismo y la oposición provienen de la misma estructura. No sé si, como dicen algunos analistas, es una fractura planificada (hipótesis que cada día tiene menos respaldo, aunque no por ello deja de tener lógica) o, como sostienen otros, producto de una natural evolución política, pues es lógico que un proyecto de poder busque la renovación de sus actores y en el camino, si eso no sucede, asista a un sisma inevitable. En fin, lo cierto es que el MAS, con esta bifurcación, ha asaltado el espacio de la oposición: un terreno político llano y que nunca ha sido asumido plenamente por la actual estructura partidaria de Comunidad Ciudadana y Creemos.

Desde septiembre del año pasado el discurso "antiarcista" del "evismo" le está robando escenario a la oposición partidaria boliviana. Primero, con la observación del ala "evista" en la cámara de diputados a varios ministros del gabinete de Arce, luego, con el freno de varias disposiciones legislativas del "arcismo" en el congreso; para pasar, desde abril de este año, a un ataque directo de Evo Morales a la política económica de su exministro de economía con la crítica a la subvención a los combustibles y las acusaciones respecto a la vinculación entre el gobierno y el narcotráfico.

En ese sentido, resulta interesante ver como la reproducción de un partido, o por lo menos de un modo de hacer política es efecto de una división cuasi celular. Intencional o no, lo evidente es que la oposición hoy deviene de la misma fuente.

Ausencia de un proyecto alternativo

En este escenario, lo verdaderamente preocupante es que, como lo advertimos antes, los otros actores de la política boliviana no están teniendo la capacidad política de renovarse o mostrarse como alternativa. Eso en medio de un escenario de crisis partidaria. Peor aún, no están emergiendo nuevos sujetos o mejor dicho nuevas propuestas o visiones de lo estatal que tercien en el espacio opositor.

Hoy la política se está jugando entre amigos y ex amigos que vienen del mismo espacio. Que, dicho sea de paso y como es lógico, tienen la misma concepción de la política: visiones maniqueas (amigo-enemigo), procedimientos que se alejan del consenso y estrategias que se fijan en el arte del descuido y el primer ataque.

Una agenda mediática azul

Lo mejor que le está pasando al MAS es su división interna. Por eso, el espacio mediático y la política en general es, por ahora, el lugar desde donde el Movimiento al Socialismo (MAS) está reordenando el campo de los contendientes y actores políticos. No hay más que el MAS a la vista. Por eso, el congreso de Lauca Ñ (y todas sus repercusiones, por ejemplo, su anulación) y el Cabildo de El Alto del 17 de octubre fueron y son capaces de obnubilar la escena mediática de la política nacional.

En ese contexto, vuelven como analistas los que de lejos o de cerca tienen algo que ver con la estructura partidaria azul. Los medios pasan las peleas de cocina de sus políticos, mostrando bochornosos momentos que nos hacen pensar en la calidad media de la educación del político boliviano. Aún más, un medio de comunicación, Abya Yala, vuelve a colocar a Álvaro García Linera como analista político, tal cual sucedía a principios del presente siglo. No conformes, lo ponen cara a cara frente al vocero Richter. El debate es entre locales y afines. Sus discusiones son superficiales, no superan el tema del caudillo: "Lucho" o "Evo". No hay debate sobre el proyecto estatal plurinacional, mucho menos el modelo económico. El remate de este fenómeno: Evo Morales, desde la Radio Kawsachun Coca sirviendo de fuente y, de este modo, estableciendo la agenda mediática de la discusión política nacional.

El juego político lo está dirimiendo un partido en medio de una crisis que saca a flote proyectos personales o corporativos antes que nacionales o de estructura. En definitiva, se trata de un sencillo reordenamiento de cocina. Los platos siguen siendo los mismos, lo que sí, se busca decidir el nuevo chef.

Por lo mismo, en un escenario probable, la escisión definitiva del MAS no será más que la expansión de un proyecto, un modelo y una manera de hacer política por otros medios con la misma receta. Por lo tanto, si esto sigue así, no importará quién gane las próximas elecciones nacionales. Al final, sólo será un relevo de actores dentro del mismo sendero.

Otro caudillo azul

Un dato no menor en medio de esta reproducción política, es la emergencia de un nuevo caudillo dentro del MAS. Desde su posesión como presidente, al interior de las organizaciones que hacen al MAS, a Luis Arce Catacora se lo veía como un simple elemento de transición, hoy esa figura ha sido trocada. Arce, con la demostración de convocatoria en el Cabildo del 17 de octubre en El Alto, ha sido constituido como un nuevo caudillo.

Parte importante de las organizaciones sociales que otrora hacían de soporte de Evo Morales hoy, sin dudar, han decido consolidar la figura del Presidente como el nuevo eje de articulación del programa del masismo. En consecuencia, el Cabildo restituyó la legitimidad que en Lauca Ñ el "evismo" le había restado a Arce.

¿Es el final de la figura mesiánica de Evo Morales? No, como dijimos antes, al parecer, Morales busca ocupar el espacio político abandonado por la oposición, en ese sentido, sus esfuerzos seguirán en ese camino y, por lo mismo, habrá Evo para largo.

Lo curioso y paradójico es que la división del MAS hoy abre un nicho electoral para el antievismo dentro del propio MAS. Con esto, en un contexto de reproducción y ocupación del espacio opositor, es probable que cierto flujo electoral disperso e indeciso vaya por esos causes.

En este escenario político, lo trágico para la "oposición tradicional" es que ellos quedan como simples expectantes o posible comodín de uno de los flancos azules. [P]

Fuente: Péndulo Político. Domingo 12 de noviembre de 2023

CORREO DEL SUR - EL POTOSÍ

Crítica de la historia - Gustavo Calle
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